La Exclusividad

Cuando se suele crecer con alguna carencia, estaremos eventualmente buscando llenar esa falta en nuestras vidas. Hay dolores que parecen estar allí.  La aceptación sin más, a manos llenas, es fundamental.

Necesitamos sentir que no somos una pieza más del engranaje, sin nombre, quizá con algún numero; una pieza que debe alinearse. Tenemos que saber que no es un problema ser quizá una pieza que generalmente no encaja.

Ese no encajar puede producir rebeldía hacia un sistema exigente, pero no por mucho tiempo; en la mayoría de los casos solo vemos chicos rebeldes sin causa, es raro ver un hombre o mujer «rebelde», a la edad adulta el sistema generalmente nos ha consumido, o alineado.
La mayoría de las veces en los ojos se ha extinguido una chispa. Me refiero a esa que enciende una llama especial, esa que brinda el coraje necesario a cualquier persona para mantener su sentido de valor intrínseco. Una chispa también llamada: pasión.

La pasión por la vida, nos hará renacer una y otra vez incluso de las cenizas.

¿Quién determina que tengamos o no esa chispa?, yo me inclino a pensar que lo determina lo que vamos anidando en nuestras mentes, así como los sentimientos que albergamos. También lo determina qué tanto nos vamos alejando de la frescura con la cual todos nacimos.

El otro día observaba a dos niños jugando, uno de los dos se acostó en el piso y al parecer ya no quería jugar, el otro al principio se alejo; pero luego, ante mi sorpresa, se acostó también en el piso a reír y a jugar, ahora estaban los dos en el suelo jugando!.  Parece que los niños siempre encuentran formas de seguir jugando, de seguir riendo. Los pequeños si saben como bailar con el momento.

Y esa manera tan natural que tenemos de pequeños, de alguna manera el sistema la va cambiando, amoldando. Los dibujos de un niño pequeño son tan curiosos, sus garabatos por el mismo hecho de carecer de destrezas, con lineas y formas no definidas, hacen ver que son de un niño que no ha «aprendido» a dibujar; los dibujos de un niño tienen una belleza especial, diferenciada, es la belleza de la creatividad espontánea, la originalidad…  un tiempo después la mayoría de los niños crecidos realizan sus dibujos y ya no son tan peculiares, vienen a ser parte de unas formas ya existentes que lo colocan en el montón… ya no se sabe de quien es aquel dibujo…

Con nosotros pasa esto en muchos aspectos y a muchos niveles, lo que somos fue metido poco a poco en un molde «aceptable», y aunque muchas veces no somos conscientes de esto; lo percibimos cuando no podemos saber quienes somos. Aspectos de nuestro carácter, talentos y cualidades escondidas, muchas inquietudes que luchan por salir; y la inevitable adaptación que nos hace perder en el conjunto.

Desde que nacemos nos dicen que somos únicos, pero el mundo y la vida y no sé cuantas cosas más, nos obliga a meternos en un molde, que de tantas formas nos perdemos; ya no recordamos a donde queríamos ir, que era lo que más nos gustaba hacer, que es lo que más nos hace reír, o simplemente no sabemos que nos diferencia del resto, a donde apuntar.

Volviendo con lo de la exclusividad, también necesitamos que nos lo vuelvan a decir, que alguien, una palabra, una canción, una película, un cuadro, un paisaje nos muestre quienes somos?, nos refleja? ¿que nos devuelve esa imagen, ese sonido?¿nos devuelve la magia que yace adentro de nosotros? ¿nos retorna esas ganas de vivir que teníamos de niños, esa alegría que seguro tenemos dentro…

Cuando pensamos, actuamos y vivimos, ¿para quien lo hacemos? Para los demás? para nosotros? para quién?… bueno es pensar que todo lo que hagamos sea para Dios, así pensaba Miguel Ángel cuando hacia cada una de sus esculturas, todas eran para Dios… Y vale la pena ver como eran cada una de ellas!. Con una belleza inigualable que raya en la perfección. Y vale la pena pensar: ¿porqué se las dedicaba a El?.

Somos exclusivos, hay alguien que nos hizo así, y nos trata así. Me imagino que haciendo cada cosa dirigiendo cada pensamiento a Dios, no habrá nada en lo que no queramos expandirnos, y llegar incluso a la estrellas, no habrá limites.

La exclusividad se perdió en un mundo que todo lo industrializo, lo amoldó, haciendo que lo natural perdiera su frescura.  Haciendo que nosotros como seres humanos perdamos la capacidad de aceptar ampliamente nuestras diferencias, que lejos de enfrentarnos nos enriquecen.

Pienso que si supiéramos cuan únicos somos, que nuestras palabras y acciones son nuestro reflejo, quizá  también pudiéramos ver lo único e irrepetible que es cada ser, cada criatura con la cual nos topamos, quizá de alguna manera se disiparía ese pasar por pasar por los caminos, y empezaríamos a tomar en cuenta nuestro alrededor… tan exclusivo también… algo nos dice siempre, algo nos enseña, nos canta, nos habla…

Necesitamos saber que Dios nos ama inmensamente, que siempre esta presente, que antes de nacer eramos un pensamiento suyo, especial, que nos creo con un propósito noble, que El es soberano…, nosotros hechura suya, necesitados de El, como necesita el hijo tomar la mano de su padre, que le hace ver cuan grande es El.

Flori *)

Foto by Flori

11 comentarios en “La Exclusividad

  1. flori, una reflexión a la cual suscribo plenamente: no perder nunca de vista el niño que anida en nosotros e intentar, aunque a veces resulte imposible, mirar cada amanecer como si fuera la primera vez.
    Un abrazo,

    Me gusta

  2. Me gustaría contarte un pequeña historia, pero sería demasiado larga para un comentario. La compartiré con vosotros más adelante.

    Te contaré, a cambio, un secreto que ya has dicho tú: el secreto de la felicidad consiste en ver el mundo con ojos de niño, y disfrutar de la magia que nos rodea.

    Saludos.

    Me gusta

    1. Sí Alan, ver con ojos de niño, sentir con el corazón de un niño!, disfrutar de la magia…

      Estaré esperando la pequeña historia que has referido como una niña, me gustan las historias.

      Un abrazo.

      Me gusta

  3. ¡Ay, los dichosos moldes y las malditas expectativas! Parece que nos diseñan desde niños para ser lo que no somos, sino lo que otros quieren que seamos. Nos vamos liando y liando y cuando nos queremos dar cuenta no sabemos ni quiénes somos.

    Yo sé que no encajo y me importa un bledo no hacerlo. Todo lo hago con pasión, en algunos casos desmesurada, y sigo manteniendo, tal vez por ello, el brillo en la mirada. Siempre hay luz aunque parezcamos estar en tinieblas. Siempre.

    La foto es preciosa. Por si no lo sabes, adoro las flores.

    Me gusta

    1. La flor de la foto todavía conserva agua en sus petalos, la tome un dia que pasaba y me llamo la atención… quizá como ella podemos tener todavía esa frescura,

      un abrazo Zambullida!

      Me gusta

  4. No puedo añadir nada a lo que has escrito porque ya lo has dicho todo y estoy totalmente de acuerdo.
    Me pregunto por qué hay veces que sentimos que debemos encajar, aunque sea a base de presionarnos y estropear la perfección de nuestra imperfección.
    Somos humanos, somos inconformistas… así que conformarse va en contra de nuestra naturaleza. Habrá que luchar con nuestras individualidades!
    Un beso!

    Me gusta

    1. El querer encajar es resultado de buscar aprobación, toda una sociedad que nos inculca maneras aceptables. Querer aceptación es normal, el problema es cuando pasamos por encima de nosotros mismos. Cuando aceptamos como somos todo fluye mejor, empezamos a conocernos, a tenernos paciencia y tambien estima; en consecuencia esto redunda en bienestar, tanto para nosotros como para los demás.

      Besos también.

      Me gusta

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.