El sentido de la vida

Foto by © Елена Kalminskaya
Foto by © Елена Kalminskaya

Si me remonto a viejos escritos, esos que han surgido en momentos en los cuales me sentí perdida, puedo encontrar en ellos un tema incesante, el sentido de la vida, ¿cuál es su sentido? y envueltas en esa pregunta, otras muchas que surgen…

Enmarcada mi vida en una sociedad que se expresa a través de grandes vallas, pancartas, mucha venta de un sinnúmero de productos, y un fin: la venta, el comercio, y el concepto de que acumular pudiera ser el objetivo sino el principal, quizá uno de los más perseguidos…

Acumulación no solo material, sino de conocimientos, estudios, fama, dinero, amigos… Tratar de llenarse simplemente…

Pero ¿llenar qué? quizá solo se trata de llenar lo que esta vacio…

Me he preguntado muchas veces si estoy siguiendo un guión porque incluso esa manera es traspasada a lo espiritual… he allí los que permanecen sumamente ocupados llenando horas de actividades sin sopesar detenidamente si están bajo algún guión… descuidando quizá lo más importante.

La sociedad del consumismo,  el acumular para mi, esta desvinculada del otro.

Ya se ha tratado de llamar la atención:  las relaciones deben privar sobre otros fines…

Muchas veces vemos una película, la misma película sin sopesar, si quizá talvés mejor me detengo, y me ocupo en lo que realmente importa: el que está a mi lado, llámese hijo, hermano!

Solo al final de la misma película nos vemos solos y una vida que fue invertida  ¿en qué? ¿adonde se fue a vaciar? o acaso ¿solo trato de llenarse cada vez más a si misma?

Mirando al lado ¿si acaso contribuyó para algo más que su propio bien?

Sin embargo constantemente se envía el mismo mensaje: si no «te sirve» deséchalo… me pregunto ¿qué aprendizaje queda entonces allí? la sociedad de auto-gratificación se traspasa a lo religioso al decir: si ese no escucha: deséchalo…  Cuando es una gran mentira, eso no fue lo que por menos Jesús vino a mostrar, no fue eso, el fue a visitar al cobrador de impuesto, no se negó… no negó al que lo busco.  Pero en la actualidad eso no es lo que se ve.

Si tu pareja no te sirve: deséchala.  Una cosa es que te maltraten y decidas alejarte por tu bien, y otra muy diferente es romper una unión porque «ya no siento lo mismo».  Me indigna cuando veo a padres que se divorcian porque ya no sienten mariposas en el estomago, y  ante el llanto de sus niños por la separación solo muestran indiferencia y la constante pretensión que los niños entiendan que sus padres o uno de los padres quiere ser «feliz».

Sinceramente llegamos a unos extremos de frialdad que son alarmantes, luego esos niños que lloraron de pequeños que aprendieron a buscar su felicidad primero,  son los que dejan a un lado a sus padres, y luego a sus propios hijos, pues algo dentro de ellos, esa sana inocencia de preservar lo amado y de creer que es bueno amar se rompió, antes que aprendieran a ver en sus padres lo que es amar… esa convicción de seguir adelante unidos a pesar de…

¿Cómo podemos pedirle a una sociedad que valore la familia cuando paralelamente suena que hay que se ser feliz por encima de todo, y no se sabe que es de verdad ser feliz?

Aquella felicidad verdadera que es producto no de llenarse sino de vaciarse… como el agricultor que con sudor y lagrimas labra una tierra y la abona de ser pobre, la va preparando para luego colocar sus semillas e irla regando con esfuerzo… y esperar y esperar a que vayan creciendo y las cuida de las amenazas del clima y va espantando a las aves que buscan acabar con ellas… tan solo luego ese agricultor sabe que habrá un día en que podrá sentarse a disfrutar de la cosecha.

La verdadera felicidad se constituye de esfuerzos, de desvelos, de salir a media noche a cuidar y vigilar lo que te toca cuidar… no es estar anhelando algo más y por estar mirando a veces lo que no ha llegado se pierde lo que se tiene, el agricultor no se queda en su cama soñando con los frutos,  el cuida las semillas que sembró… y deja en el campo el sudor de su esfuerzo…

Si me pongo a pensar en el sentido de la vida creo que para mí es construir… esa palabra que no se detiene…

Creo que no es necesariamente buscar prosperidad, porque la prosperidad no está presente en el obrero necesariamente, no es algo que por lo menos a mi me motive…

Creo que me motiva el amar, esa fuerza que me llena de ánimos para levantarme de la cama, y la convicción de saber que lo que hago sirve a algo más grande que no necesariamente ahora se ve… pero que tengo la convicción que algún día veré…

Antes mi corazón desfallecía porque mi esperanza era para pronto, pero ahora siento que mi esperanza es saber que voy en el camino adecuado y eso me da una tranquilidad que trasciende el ahora,  y que no depende de lo que afuera ahora puedo ver.

Por otro lado cuando levando la mirada al cielo me siento privilegiada porque veo que no soy yo sola, veo que hay personas que como yo, hacen lo que creen es correcto y descansan en esa esperanza de que la verdad es más fuerte que cualquier mentira… Vivo en un momento en que puedo sentirme identificada con personas que no venden sus conciencias, que trabajan no por dinero sino por ideas, por un ideal… Por algo que es más grande que ellos mismos.

Y siento que es hermoso cuando en un país que parece derrumbarse es cuando entonces Dios habla, es cuando entonces en plena oscuridad puedo mirar grandes luces que como estrellas iluminan.

Yo creo que mi pueblo, este pueblo es noble, aunque traten de mancharnos aunque el mal quiera lucirse, no puede, no puede cuando miramos que hay seres que luchan desde posiciones realmente incomodas, inseguras,  y hasta arriesgando sus propias vidas… a veces he visto sus caras realmente contristadas, pero el interior ese no decae, que belleza más grande que esa…?

Es difícil, muy difícil a veces creer que el bien vencerá, pero cuando tienes convicciones sabes que así será.

Vivimos en una sociedad en donde parece que el mal campea, pero, hermanos, la belleza del que busca el bien es tan atrayente que es imposible que el que tenga un poco de alma no pueda mirarla y no pueda creerle… y de ser así, siempre, siempre habrá unos cuantos que si lo harán.

Y como decía Facundo Cabral, el mal, ese se destruye a sí mismo, pero el bien se rehace cada día al amanecer el sol.

Flori *)

10 comentarios en “El sentido de la vida

  1. No podemos vivir sin esperanza, como tampoco podemos vivir sumergidos en el mal, el bien siempre gana (no sólo en las películas), el bien es la razón que nos mueve a vivir, no tenemos más opción que pensar en la bondad de nuestros hermanos humanos.
    Extenso y profundo escrito, gracias por escribirlo.
    Un Abrazo 🙂 .

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  2. con un contenido altamente positivo, haces un análisis de que vivimos en un sociedad de valores sin peso, ajustados a la emoción del momento, del poco esfuerzo . gracias por compartirlo y darnos luz… un abrazo beso rub

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  3. Tan positiva, tan segura del amor dado y del recibido, que eres un cielo despejado, abierto. Faltan valores a no dudarlo, diría que faltan personas que como tú, proclamen por ellos.
    Gracias por ésta reflexión.
    Un fuerte abrazo.
    Hasta pronto.

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  4. Tienes toda la razón, Flori. Nuestras sociedades van en picada; mientras más parecen «avanzar», en lo «tecnológico», en lo «científico»….. el espectáculo es verdaderamente desesperanzador. Para mí, el sentido de la vida se parece mucho al tuyo. Para ti es construír, para mí, crear. Casi casi lo mismo. Incluso sembrar va en la misma línea. El universo en que vivimos es salvaje y sus leyes son reinterpretaciones de la Ley de la Selva. Es un universo de cantidades: mira las estrellas, mira también los átomos…. mira la cantidad de «amigos» en cuaquier cuenta de Facebook. ¡Es ridículo! ¡Nadie puede tener 300 amigos!

    El universo físico: Materia, Energía, Espacio y Tiempo es también un universo de fuerza y de caos: te fuerza a seguir sus leyes: acumula, esfuérzate más, más y más, fuerza, fuerza, fuerza…. lucha, mata, acumula más, más, más…. condensa, cohesiona, contrae el espacio: hazte más y más y más sólido…. estás en peligro: pelea, escóndete, desaparece…. esas son las leyes básicas.

    Pero como tú bien dices, se disuelve y desaparece con una facilidad prodigiosa ante las leyes del universo espiritual, al que en realidad pertenecemos: crea; expande tu alcance; mira; crea espacio, pon en él belleza y sigue creando más y más; comunica; ama; aligérate; pon orden y sigue creando más y más….

    Yo no sé si al final triunfará el bien, es difícil predecirlo en este momento. Depende de lo que hagamos tú, yo millones más. Depende de nuestra inteligencia y nuestra fuerza, sí de ambas, para «descrear» al monstruo y para poner orden en el caos.

    Un abrazo, querida.

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    1. Gracias Karen por tus palabras. Tienes razón, te diré para parafrasear lo que un día tu también dijiste en tu blog: «La Verdad es el Amor», y la verdad Karen, nos hará libres!
      Yo creo, más por fe, que es esa convicción de lo que no se ve, que la verdad prevalecerá, pues el amor es lo único capaz de recrearse a sí mismo. Tengo esa Fe y sé que si crees que esa es la verdad, tu también la tienes.
      Un gran abrazo amiga.

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