Estaba leyendo unas palabras que escribí hace tiempo. Tiempos duros y a veces muy oscuros, emocionalmente hablando. Reconozco que muchas veces se me hacía muy difícil expresarme pues aprendí a escribir desde la sinceridad y me era difícil decir algo que no sintiera, si me sentía oscuridad, pensaba que solo podía escribir oscuridad y era algo que me causaba más tristeza, sentía que la tristeza no era algo que quería mostrar, era algo que dejaba que hiciera lo que iba a hacer solo en mí…
Tuvo que pasar mucho tiempo para poder comprender que también puede haber belleza en la tristeza, que puede brillar algo de luz en esa completa oscuridad, que en lo aparentemente feo se puede esconder también algo hermoso. Algo así como ese estado de oruga en la cual tal vez ella no imagina que pueda surgir de alguna manera, de sí misma, una mariposa…
Sí, es el tiempo que ha pasado el que me permite leer esos escritos con otros ojos… me permite observar como desde una montaña el sol ocultándose, la lucha interna por rescatar algo, por impedir que algo se pierda… sin saber que hay cosas que simplemente se desvanecen y el dolor de aferrarse a ese algo no impide que se vaya. El dolor de las transformaciones.
Quizá el hecho de ser tan idealista me impedía reconocer esa cualidad inherente a la vida, esa plena y constante transformación del entorno, de las personas, de todas las cosas, y que también impulsa esa transformación constante del ser interno, del alma… Los cambios duelen.
Sin embargo ese dolor cultiva tantas cosas… si se deja estar, porque es que hay dolores que hay que dejarlos estar porque no se pueden eliminar, no es tan simple como arrancarse algo del pecho, solo se pueden dejar allí, que se queden haciendo lo que tengan que hacer. Y es allí donde se es probado como el material que se pasa por el fuego, ¿quién resiste ese fuego? Pero el fuego, solo se puede dejar estar cuando se dejan de lado los miedos, el destruirá, sí, todo lo que pueda, menos aquello que según su naturaleza, no pueda ser destruido. Hay cosas que el fuego no destruye, todo lo demás se va… Creo que aquí lo importante es dejar el miedo y simplemente: confiar…
Los que me conocen saben que soy creyente, y es la fe en Dios en saber que Él está por encima de todo lo que finalmente ha importado en todo esto. Hoy sé que las tristezas, los dolores, son parte de la vida, y que lo más importante de todo es saber que no estamos solos, que somos amados por Él.
Estas palabras las dedico a mis amigos de WordPress. Ellos durante años leyeron mis palabras, los textos que publicaba tan solo por el gusto de compartir… siempre acompañando y dando ánimo… ellos tienen un lugar en mi corazón.
Hoy sigo compartiendo, desde mi perspectiva, a veces corta, limitada, pero tratando de ser sincera…
Gracias por estar, siempre.
PD: Sigo escribiendo en Steemit allí me pueden encontrar…
Un abrazo grande 🙂
Hermosa reflexión, el dolor nos hace madurar, nos hace ver las cosas con otros ojos y lo tenemos que aceptar. Es tan humano como la alegría, la tristeza, la nostalgia y la melancolía. El ver las cosas como la flor de la foto sabiendo de que en el día que tomaste la imagen esta pasando por su momento de esplendor y de que en poco tiempo, muy poco, esa flor morirá. Nos hace apreciar aun mas su efímera belleza. Nos hace ser realistas y a la vez idealizar ese momento, ese tiempo de belleza y de esplendor como la máxima expresión de belleza de aquel simple ser que forma parte de la creación.
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Sí así es… Tienes razón, muchas veces he pensado esto, en la magia del instante, esto es precisamente lo que nos hace ser más reflexivos y como dices, valorar los momentos. Muchas gracias por tus palabras 🙂
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Precioso post, querida. La tristeza es también necesaria. Hay que vivir nuestros particulares duelos porque el ignorarlos sólo puede traernos en un futuro no muy lejano males sin fin. Ánimo. Mucho ánimo.
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FLORI:
Después de una ausencia breve, aquí estoy nuevamente…. muchos abrazos con mis mejores vibraciones y que estés gozando de bienestar integral, junto con todos los tuyos.
Bendiciones.
p.d. …. y recibir y gozar con plenitud, cada segundo de nuestra vida, porque todo lo que nos llega de arriba, de lo alto es para nuestro bien y el de todos los nuestros….. amén.
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